Información política de Paola Ramos

"Aprendiz de todo, maestra de nada". La cultura es un don que se nos ofrece a nosotros, los jóvenes, y que nos hará libres. Aprovechémos la oportunidad!

7.1.07

Los ciudadanos son realmente los protagonistas

De la obra de Luis Carandell, Las anécdotas del Parlamento, se abre la sesión, podemos extraer una serie de conclusiones referentes a la evolución del parlamentarismo en nuestro país y de la importancia de que haya personas que cubran estos acontecimientos y trasladen lo que en el hemiciclo acontece a la opinión pública, pues son los representantes del pueblo los que allí se reúnen para decidir sobre los asuntos que en última instancia van a influir en la vida de los ciudadanos.

1. La salud de una democracia se puede medir con la vitalidad del parlamentarismo que en ella se hace. Durante siglos, en España no ha existido la posibilidad de que el pueblo pudiera escoger el camino que quería seguir como ciudadano. Cuando ésta llegó, personas más ilustradas o preparadas se ofrecieron para representar los intereses de los ciudadanos en el Parlamento. Si estas personas acudieran al Hemiciclo como el que va al teatro, no ejercerían su papel de representantes de la sociedad y por tanto no habría democracia. En una democracia debe haber conflicto de opiniones entre los distintos representantes políticos con el fin de mejorar situaciones perjudiciales para los ciudadanos y aportar nuevas ideas o soluciones. Si hay democracia, debe haber diálogo, discusión, consenso y diferentes puntos de vista. De qué serviría un Parlamento si no se parlamentase.


2. Los informadores convierten a los ciudadanos en testigos del debate. Los periodistas que cubren las sesiones parlamentarias tienen como obligación trasladar a los ciudadanos lo que sus representantes políticos plantean, discuten, argumentan y en última instancia deciden a ser posible con un estilo formal que permita el entendimiento del lector. Según el autor, "democracia parlamentaria y periodismo nacieron juntos" puesto que las decisiones que allí se toman a quienes incumben realmente es a los ciudadanos gobernados. A través de estas crónicas los lectores pueden formarse una opinión del contenido de estas reuniones y ser capaces así de gobernarse a sí mismos como anuncia una de las máximas del periodismo, la responsabilidad de ser un perro guardián del poder y ofrecer al ciudadano la información necesaria para formarse su propia idea del mundo que le rodea.


3. La crónica parlamentaria como género literario. La crónica parlamentaria no se fundamenta o no debe fundamentarse meramente en datos y declaraciones asépticas y sin aclaración ninguna. En las sesiones parlamentarias se producen muchas intervenciones de muchos representantes políticos de las cuales poco puede extrapolarse a una crónica interesante. Según el autor, donde realmente se encuentra esa pieza que interesa al lector es en la anécdota, en ese hecho, palabra o situación que rompe la monotonía y puede darle un matiz atractivo a la crónica.


4. La cortesía parlementaria no excluye la combatividad del discurso ni la dureza de los conceptos. A lo largo de las anécdotas que el autor narra, se observa que el trato de "señoría" de unos representantes a otros se mantuvo con el tiempo pero que se templaron bastante las reacciones de los políticos. Afirma que en ocasiones, las batallas verbales de los representantes han desembocado incluso en agresiones físicas dentro del Hemiciclo o en duelos por haber sentido que se hería su honor. Con el paso de los años, los ataques se limitaron a ser verbales sin faltar al respeto pero con un tono y una agudeza verbal que causa el mismo o peor vergüenza.


5. El ganador no es siempre el que tiene la razón sino el que defiende sus ideas con más ingenio. Una de las anécdotas que más ha llamado mi atención es la titulada "El delirio momentáneo", en la que Alcalá Galiano propuso que el rey estaba loco por querer ser presa de los enemigos y consigiuó que se le sustrajera el poder ejecutivo por un día evitando la vuelta del absolutismo. Fue un discurso ingenioso que consiguió eliminar el poder de un rey con una excusa poco menos que chistosa como que el rey no estaba en pleno uso de su razón un día y al siguiente lo había recuperado. Desde tiempos de Platón, el político que consigue hacer un mejor uso de la dialéctica a través del ingenio, el sarcasmo y la ironía, es el que consigue el aplauso del Hemiciclo.


6. La creación de comisiones con un fín específico se queda en intención desde los comienzos del parlamentarismo. Desde siempre se han propuesto creaciones de comisiones para llevar a cabo labores que la oposición argumenta que el gobierno no es capaz de hacer con el fin de llamar la atención de los ciudadanos para destacar errores del Gobierno y manifestar sus buenas intenciones, y que luego se quedan en nada. Uno de los ejemplos es el acuerdo de crear una comisión para devolver el sable de Riego a su dueño que a día de hoy se conserva en el Palacio de Congresos.


7. Las falsas promesas de los gobernantes para manipular al pueblo. Un ejemplo claro de las promesas de los gobernantes que se lleva el viento es el discurso de Fernando VII en julio de 1820 en el que el rey pronunció palabras como "Unido indisolublemente mi corazón con el de mis súbditos, que son al mismo tiempo mis hijos, sólo me presenta el porvenir imágenes agradables de confianza, amor y prosperidad", y tres años más tarde trajo de regreso el absolutismo.


8. El respeto al presidente del Congreso ha aumentado pero sigue creando polémica. Carandell afirma que el único cambio que ha sufrido la presidencia del Congreso es el paso de la campanita a la maza para reclamar silencio. Realmente el cargo del presidente del Congreso es dar la palabra y quitarla, llamar al orden y organizar las votaciones, nunca ha tenido más protagonismo que el resto, o no ha debido tenerlo. Cuando lo ha tenido ha sido en las ocasiones en las que algún representante político se ha excedido o ha querido burlarse de él, en cuyos casos, como cuando los catalanes quieren reclamar su derecho a hablar la que dicen ser su lengua patria, el presidente suele mostrar el poder que tiene a la hora de callar o incluso echar al que se "columpie".


9. La lectura de las estadísticas es relativa en función del lector. Como es sabido, cuando hay una manifestación o cualquier otro acto, en función de quién de la información han podido asistir decenas, cientos o miles, dependiendo de a quién le convenga esa cifra. De la misma manera, cuando aumentan o descienden estadísticas que perjudican a unos y favorecen a otros cada cual hace la interpretación que más le conviene. Carandell ejemplifica este hecho con la acusación de Roca Felipe González de haber interpretado las estadísticas a su favor en la que lo comparaba con el entrenador que le dice a su boxeador que está recibiendo una paliza que va bien y puede ganar mientras que el boxeador replicaba que alguien le estaba dando una paliza.


10. Los representantes políticos son personas y como tales cometen fallos. A veces se juzga a los políticos por cometer herrores como si de máquinas se tratase. Según Carandell es precisamente su humanidad lo que permite que el Congreso sea entretenido e interesante, puesto que las anécdotas, los pequeños errores verbales o las subidas de tono permiten a los periodistas abandonar por unos instantes la papiroflexia y ofrecer información entretenida y atractiva a un lector medio no muy dispuesto a leer párrafos y párrafos de pura información inmasticable. De todas estas anécdotas se puede discernir el ambiente de estas Cortes y la necesidad del pueblo de ser informado no sólo de lo que se dice sino de lo acontece incluso en los pasillos, ya que no se vota a máquinas se vota a personas.

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