Información política de Paola Ramos

"Aprendiz de todo, maestra de nada". La cultura es un don que se nos ofrece a nosotros, los jóvenes, y que nos hará libres. Aprovechémos la oportunidad!

14.11.06

Ha nacido otro periodismo

Esta película se hizo exactamente hace treinta años. A cualquier periodista que se precie le hubiera gustado vivir esa época, ese momento en el que los periodistas se devanaban los sesos para conseguir noticias, donde no todo estaba institucionalizado y donde no todo se movía por los intereses. Y sobre todo, donde había personas que creían en la labor periodística y sus diez mandamientos se resumían en la ética, la verificación y la persistencia para conseguir esa información que los ciudadanos deben conocer para ser capaces de tener un comportamiento crítico con sus gobernantes.
Una época donde los jefes de los grandes medios eran periodistas y se jugaban su puesto, sus carreras e incluso su seguridad si con todo ello se podía llegar a destapar los trapos sucios de aquellos que deberían ser los personajes más inmaculados para ejercer el poder.
Es cierto que con
"garganta profunda", Bernstein y Woodward tuvieron muchísima suerte. Pero hoy día dudo mucho que alguien sintiera la tentación moral de ayudar a dos simples periodistas a destapar una trama de corrupción sin conseguir nada para sí, y también dudo que una vez conseguida la información un periodista cumpliera su palabra y no desvelara a su informador.
Vivimos tiempos de cambio. Muchos se lamentan porque ese periodismo de verificación, de persistencia, de raza ha muerto. Yo no lo veo así. Creo que lo han matado. Lo mataron cuando empezaron a fusionarse las empresas y le quitaron su independencia a los medios, pero ha nacido otro periodismo.
Las nuevas tecnologías propiciaron, en cierta medida, la muerte de ese gran periodismo pero dan paso a otro. Uno en el que los ciudadanos ya no son meros receptores y donde pueden expresarse y aportar ideas a aquellos que de verdad siguen buscando la verdad con el único fin de entregársela a los ciudadanos.
En general la sociedad ha perdido muchos valores. Las personas no piensan en el prójimo. La honestidad y la lealtad, tan valoradas en tiempos del Rey Arturo, han perdido su sentido en una sociedad consumista y conformista que aún viendo cómo se limitan sus libertades no alza la voz por si es peor el remedio que la enfermedad.
Bernstein y Woodward son el ejemplo que todos los periodistas deberíamos seguir y en quienes deberíamos pensar cuando las rutinas y los malos vicios de las redacciones nos atrapen y nos impidan buscar la luz.

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